
a Humberto Diaz-Casanueva
el tiempo llama caídas
y nadie enseñó nunca
a esparcir justo lo necesario
del alma en piel
atado a nerviosidades
atrapadas por redes etéricas
mentescapo arriba
traspasando la cima del mundo
las llamadas sentidas son de arena
sin relojes circunscrita
incrustadas sonsuenan
en carne sonsuenan
las extrallagas sin carne
sólo se alucinan
a los lirios les concierne cierta indemnidad
más su tumbada sombra de verano
a Evarona le concierne el fruto
Dolor-Hado semilla
Hondo pilar del Ser
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